Porque cualquier tipo de poder que los eclesiásticos asuman (en algún lugar donde sean súbditos del Estado) como derecho propio, aunque lo llaman divino, no será sino usurpación.
Cuando era adolescente era muy inseguro. Era el tipo de chico que nunca se adaptaba a nada porque no se atrevía a elegir. Estaba convencido de que no tenía talento para absolutamente nada. Y eso se llevó todas mis ambiciones.
Hoy el rocío borrará la divisa de mi sombrero.
Bienvenida sea cualquier crítica inspirada en un juicio científica. Contra los prejuicios de la llamada opinión pública, a la que nunca hice concesiones, mi divisa es, hoy como ayer, la frase del gran florentino: Sigue tu curso y deja que la gente hable.