La mayoría de los alquimistas eran gente muy nerviosa, de todas formas; les venía de no saber lo que haría a continuación el vial lleno de líquidos burbujeantes con el que estaban experimentando.
La naturaleza del universo, valiéndose de la sustancia del conjunto universal, como de una cera, modeló ahora un potro; después, lo fundió y se valió de su materia para formar un arbusto, a continuación un hombrecito, y más tarde otra cosa.
Cuanto más se sujetan los pensamientos, más se concentra la mente, y consecuentemente gana más fortaleza y poder.