La grandeza del hombre está siempre en el hecho de recrear su vida. Recrear lo que le ha sido dado. fraguar aquello mismo que padece. Con el trabajo produce su propia existencia natural.
El aire es siempre exacto en su tiempo tonal; sabe escultura porque un pintor en tan vastos andamios puede fraguar los delirantes cadmios y acompasar geométricas figuras.