Nuestros padres juzgaban los libros a través de su gusto y de su razón. Nosotros los juzgamos a través de las emociones que nos causan. ¿Este libro puede perjudicar o puede servir? ¿Es apropiado para perfeccionar o para corromper el espíritu? ¿Hará el bien o hará el mal? Las grandes preguntas que nuestros antecesores se planteaban. Nosotros preguntamos: ¿Causará placer este libro?
¡Oh gran creador del ser! Concédenos una hora más para redondear nuestro arte y perfeccionar nuestras vidas.
Lo que debemos desarrollar es la sensibilidad, la actividad del cuerpo y del espíritu conjuntamente. Hace falta que desde la infancia se diga puedo emplear mi cuerpo, hago una obra de él; tengo dones en todos los sentidos, los conozco en mí y puedo apreciarlos en los demás, puedo por tanto hacer cosas bellas con ellos.
Bueno, todo el mundo desea ser más capaz de lo que es, encontrar circunstancias que le permitan desarrollar esa capacidad, pero las circunstancias dependen de los de afuera, no de uno; y entonces se puede o no se puede, y yo he hecho lo que he podido.
Hoy, más de 200 años después de que una antigua colonia se ganara el derecho a decidir su propio destino, la tarea de perfeccionar nuestra unión sigue adelante
Ha puesto verdadero interés en la tecnología, te lo aseguro. Por otra parte, allí también hacen mucha programación. Ya sabes, ciclos iterativos para perfeccionar el proceso de fabricación. Asentí con la cabeza. ¿Qué clase de programación? pregunté. Procesamiento distribuido. Redes multiagente. Así mantenemos coordinadas las unidades independientes, para que funcionen de manera conjunta.
...sólo una crisis –real o percibida- da lugar a un cambio verdadero. Cuando esa crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente. Creo que ésa ha de ser nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas existentes, para mantenerlas vivas y activas hasta que lo políticamente imposible se vuelve políticamente inevitable.
No me gustan las comparaciones, creo que sólo hay un Michael Jordan y cada uno debe esforzarse al máximo por desarrollar su juego
La deuda es la enfermedad fatal de las repúblicas, la primera cosa y la más poderosa para minar gobiernos y para corromper a la gente.
Nuestros padres juzgaban los libros a través de su gusto y de su razón. Nosotros los juzgamos a través de las emociones que nos causan. ¿Este libro puede perjudicar o puede servir? ¿Es apropiado para perfeccionar o para corromper el espíritu? ¿Hará el bien o hará el mal? Las grandes preguntas que nuestros antecesores se planteaban. Nosotros preguntamos: ¿Causará placer este libro?