Detrás del gobierno visible se halla entronizado un gobierno invisible que no debe lealtad a nadie y no reconoce ninguna responsabilidad hacia el pueblo. Destruir este gobierno invisible, denunciar la blasfema alianza entre la corrupción económica y la corrupción política, es la principal tarea del estadista de nuestros días.
Los imputados por corrupción son como los turrones: siempre sobran.
Casarse con un hombre es como la compra de algo que ha deseado mucho tiempo. Puede amarlo cuando llega a casa pero no siempre se anda bien con el resto de la casa.
La mayor parte de la gente que compra sistemas operativos (si es que se molestan en comprarlo) no comparan las funciones subyacentes, sino el aspecto y sensación superficiales. El comprador medio de un sistema operativo no paga realmente, y no le interesa especialmente, el código de bajo nivel que asigna memoria y escribe bytes en el disco. Lo que compramos realmente es un sistema de metáforas.
Hay una mordida profunda incisiva en el centro de mi sexo por la cual yo me erijo como yo misma y soy, y poseo y dono.