El hombre probo y pío es mitad santo y mitad pollito.
Sostener que los hebreos debemos estarle agradecidos a pío XII me parece, cuando menos, una herejía
Dulce es el yugo de Jesús, liviano su peso, por lo tanto, no demos lugar al enemigo para insinuarse en nuestro corazón y robarnos la paz. P. pío