Toda utopía comienza siendo un enorme paraíso que tiene como anexo un pequeño campo de concentración para rebeldes a tanta felicidad; con el tiempo, el paraíso mengua en bienaventurados y la prisión se abarrota de descontentos, hasta que las magnitudes se invierten.
El mando debe ser un anexo de la ejemplaridad
La capacidad de un hombre puede ser grande o pequeña, pero basta con que tenga este espíritu para ser hombre de elevados sentimientos, hombre íntegro y virtuoso, hombre desprovisto de intereses triviales, hombre de provecho para el pueblo.
He ahí al hombre íntegro arremetiendo contra su calzado, cuando el culpable es el pie.
La fe es un oasis en el corazón, que nunca será alcanzado por la caravana del pensamiento.