Yo había comprendido hace muchos años que no hay cosa en el mundo que no sea germen de un Infierno posible; un rostro, una palabra, una brújula, un aviso de cigarrillos, podrían enloquecer a una persona, si ésta no lograra olvidarlos
Es tiempo de medio silencio, de boca helada y murmullo, palabra indirecta, aviso en la esquina. Tiempo de cinco sentidos en uno solo.
La historia es émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo del pasado, ejemplo y aviso del presente, advertencia de lo por venir.
Mi álbum no es para que lo oigan niños pequeños. Lleva una pegatina de advertencia y debes tener más de 18 años para obtenerlo. Eso no significa que niños más jóvenes no puedan conseguirlo, pero yo no soy responsable de cada niño que hay por ahí. No soy un modelo a seguir, y no pretendo serlo.
Yo vivo a pie de página, soy una breve nota o menos, una referencia inexplicable, consonantes las iniciales, ni una imagen que de una pista, sólo flota en hoja de papel a punto, ausencia de puntuación, y afuera la vorágine.
Por alguna curiosa fatalidad, así como se nota a menudo de los filibusteros de ciudad que siempre acampan en torno a los palacios de justicia, igualmente, caballeros, los pecadores suelen abundar en las cercanías más sagradas.
En la ciencia suele ocurrir que un científico diga: Es un buen argumento, yo estaba equivocado ́, cambie de opinión y desde ese momento no se vuelva a mencionar la antigua posición. Realmente pasa. Aunque no lo frecuentemente que debería ya que los científicos son humanos y el cambio es a veces doloroso. Pero ocurre cada día. No recuerdo la última vez que algo así pasó en política o religión
Entender la vida de otra manera, que no tiene complicaciones, que los complicados somos nosotros, y que el niño en su infinita verdad puede ser de gran enseñanza para el adulto y que mientras éste pueda mantener el recuerdo de sus formas de pensar de cuando era niño vivirá y será capaz de aceptar lo que he oído a lo que venimos al mundo.