Ya que era llegado el tiempo en que de nacer había, así como desposado de su tálamo salía, abrazado con su esposa, que en sus brazos la traía, al cual la graciosa Madre en su pesebre ponía
Ven... quiero que juntemos nuestros versos rojos; la poesía revolucionaria se hace en los sin límites, hasta en el tálamo como el amor.