Llueve copiosamente sobre mi cara y sólo pienso en tu lejano amor mientras cobijo con todas mis fuerzas, la esperanza.
Miré una y otra vez al cielo, absorta en esos pensamientos. Estoy aquí, ahora, con mi cuerpo, mirando al cielo. Éste es mi espacio. Absorta en esa vida a la que mi cuerpo sólo daría cobijo una vez, bella como el crepúsculo que resplandecía a lo lejos.
Miré una y otra vez al cielo, absorta en esos pensamientos. Estoy aquí, ahora, con mi cuerpo, mirando al cielo. Éste es mi espacio. Absorta en esa vida a la que mi cuerpo sólo daría cobijo una vez, bella como el crepúsculo que resplandecía a lo lejos.
De forma nefasta, el clero paga motines pretorianos en efectivo con el dinero del pueblo mexicano, que lo ha dado para alimento o cobijo de pobres y menesterosos