Sin la subestimación de las dificultades de nuestra situación, la tragedia de los desempleados, la carga penosa de los impuestos, la lucha ardua y dolorosa de ésos empleados en comercios e industrias, de todos modos estamos libres de ese miedo. Ese miedo que las cosas van a ser peores. Debemos nuestra libertad de ese miedo al hecho de que hemos compensado nuestros sueños y realidades.
He decidido apostar por el amor. El odio es una carga demasiado pesada
Vamos por este mundo como si tuviéramos uno de repuesto en nuestra maleta.