Yo por primera vez me animé a decirle que con gusto me habría casado con alguien así, pues esa simpleza es la base de la felicidad, y nada mejor que vivir al lado de alguien feliz.
Es simpleza o necedad llorar por lo que no se puede remediar. Dejemos llorar al que dolor tiene, que las lágrimas y suspiros muchos desenconan el corazón dolorido
Uno debe acostumbrarse a oír todo sin inmutarse, incluso las historias más descabelladas, ponderando la insignificancia de quien habla y sus opiniones, y absteniéndose de cualquier discusión. Ello permitirá luego recordar la escena con satisfacción
La insignificancia es siempre una garantía de seguridad.