La única educación eterna es ésta: estar lo bastante seguro de una cosa, para atreverse a decírsela a un niño.
Todo esta ahí a la vista, en realidad todo es visible desde muy pronto en las relaciones como en los relatos honrados, basta con atreverse a mirarlo, un solo instante encierra el germen de muchos años venideros y casi de nuestra historia entera.