Pero tampoco los mismos reyes advertían suficientemente qué precedente introducían en contra de sí mismos: que en lo sucesivo estuviera permitido a un sacerdote romano deponer de su trono a aquel príncipe que hubiera incurrido en su odio.
Las horribles crueldades y ultrajes que de vez en cuando consiguen publicar en la prensa ¿Cómo se producen? En muchos casos, es por un endurecimiento paulatino de ambas partes, donde el amo se hace cada vez más cruel y el sirviente cada vez más insensible. Los azotes y el maltrato son como el láudano: hay que duplicar la dosis cuando se pierde sensibilidad.
No hay garantía de que la alta tecnología y la riqueza nos vayan a traer la felicidad. Pero traen dos importantes cosas: seguridad creciente y mayor capacidad de elección.
Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.