Cuando me enteré de que mi mamá tenía cáncer me enojé mucho con la vida. Tuve miedo, pero lo bloqueé porque tenía que apoyarla.
Vi crecer a mi mamá como actriz y animadora. Sufrí viéndola luchar para alcanzar el éxito. Me enamoré de esa vida y decidí grabar mi propio disco.
Una vez que los coaticitos fueron un poco grandes, su madre los reunió un día arriba de un naranjo y les habló así: Coaticitos: ustedes son bastante grandes para buscarse la comida solos. Deben aprenderlo, porque cuando sean viejos andarán siempre solos, como todos los coatís.
La Virgen María es la madre de Dios y de los hombres.