Tus ojos son ojos vivos que en quien los mira se clavan, y descienden silenciosos hasta la hondura del alma.
Un entrenador no es mejor por sus resultados ni por su estilo, modelo o identidad. Lo que tiene valor es la hondura del proyecto, los argumentos que lo sostienen, el desarrollo de la idea. No hay que juzgar la idea, sino el sustento. Yo puedo valorar proyectos antagónicos. Lo que nunca se puede hacer es sustituir las convicciones.
Mañana es el mote del diablo, el favorito refugio de la inepcia y la pereza, la sima que se traga los proyectos esbozados y las resoluciones demoradas
El traslado de la responsabilidad distorsiona la opinión pública. El pueblo, acostumbrado a esperar todo del Estado, no acusa a éste de hacer demasiado, sino de no hacer suficiente. El gobierno es derrocado y se instala otro, y el pueblo clama: hagan más que el anterior. Y así, el abismo se hace más y más profundo.
El ser humano no necesariamente tiene que caer en la angustia. No es parte de la naturaleza del espíritu sino de una horrible enajenación. Kierkegaard hablaba de un abismo insuperable entre el hombre y Dios... Yo no tengo angustia, porque yo soy Dios y sé que la angustia no es ni existencialmente ni ónticamente necesaria...
Finalmente, se hará constar que el propio sol es el centro del universo. Todo esto ha sido propuesto por la sistemática procesión de los acontecimientos y la armonía de todo el universo, aunque sólo nos enfrentamos a los hechos, como ellos dicen, con ambos ojos abiertos
El matrimonio monógamo de por vida es el núcleo de la familia coercitiva; ésta, a su vez, como ya lo hemos visto, es el centro de formación ideológica de todo miembro de la sociedad autoritaria: de ahí, la significación e importancia política del matrimonio
Estoy convencido de que cualquier intento fotográfico para mostrar al hombre completamente es una tontería. Sólo podemos mostrar, lo mejor que podamos, lo que el hombre revela exteriormente. El hombre interior rara vez se revela.
Necesito estudiar mucho y regar con toda especie de abonos violentos el jardín interior para no sentir tan intensamente el vacío de esta vida.
En este mismo instante yo te amo. Amo tu voz, tu amor, tu pelo, y sin embargo no sabría decirte por qué llevo tu rostro calado entre mis huesos...
Al parecer, los holandeses esperaban que presentáramos batalla allí, pero el escenario nos era adverso: nuestros barcos eran de mayor calado que los suyos, y durante la contienda anterior el Charles se había ido a pique en aquellos bancos de arena.