Una sombra más leve y más sencilla, que nace de tus piernas, se adelanta para anunciar el último, el más puro milagro de la luz: tú contra el alba.
¡El orden reina en Berlín! ¡Ah! ¡Estúpidos e insensatos verdugos! No os dais cuenta de que vuestro orden está levantado sobre arena. La revolución se erguirá mañana con su victoria y el terror asomará en vuestros rostros al oírle anunciar con todas sus trompetas: ¡Yo fui, yo soy, yo seré!
En ese único levísimo movimiento, veo el fin de la esperanza, el principio de la destrucción de todo lo que quiero en el mundo. No puedo adivinar qué forma tomará mi castigo, qué amplitud abarcará la red, pero cuando termine, lo más probable es que ya no quede nada.
Un amigo debe ser maestro en el arte de adivinar y de callar.
Es curioso que podamos predecir con siglos de antelación el recorrido de las estrellas más lejanas y, en cambio, no seamos capaces de saber cómo soplará mañana el viento en nuestro pequeño planeta.
Puedo predecir que, si aparecieran instituciones anarcocapitalistas en este país el día de mañana, la heroína sería legal en Nueva York e ilegal en la mayoría de otros lugares.
Nombrar el objeto es suprimir el mayor placer del poema, que es la felicidad de conjeturar poco a poco.
Debía tratarse de una enfermedad natural...Aunque resultaba imposible conjeturar qué clase de enfermedad producía aquellos terribles resultados.
De todas las desesperaciones, la de la muerte tiene que ser la peor ella y el miedo a morir, cruz y raya cuando ya se puede pronosticar el día y la hora
Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro.
Las voces de la brisa dirán tu nombre como un rumor. Y en el jardín del alma renacerá una flor, y temblarán las manos al presentir tu amor.
-Es como leer primero el último capítulo de un libro
Ocho libros en seis años. Basta leer una sola página de cualquiera de ellos para entenderlo todo: la obra completa de Álvaro Mutis, su vida misma, son las de un vidente que sabe a ciencia cierta que nunca volveremos a encontrar el paraíso perdido. Es decir: Maqroll no es él sólo, que como con tanta facilidad se dice. Maqroll somos todos