El mejor método para matar gatos, que siempre se aferran tenazmente a la vida: apretarles el cuello en una puerta abierta y tirarles la cola
Una vez que todos se han sentado, se abre el primero de los corrales. Tan pronto como el toro ve la luz, sale venteando el ambiente y observando cuanto le rodea, como admirado de ver a quienes están aguardándole. Levanta la cola y escarba la tierra con sus patas delanteras como si tratara de desafiar a su aún invisible antagonista.
Me tomaste en broma, me tomaste por un niño, le diste un buen vistazo a mi trasero y después jugaste golf un rato. Tu meneo es el de un pez, me diste una palmadita en la cabeza, me invitaste a comer y a beber y a hacerme el 69, pero no escuchaste ni una maldita palabra de lo que dije. (Right Through You - 1995).
Me apetece que la virtud tenga trasero y que el trasero tenga sus virtudes
Un pequeño saber no puede equipararse a uno grande. Ni una corta vida a una larga existencia. ¿Cómo se sabe que esto es así? El hongo que sólo vive una mañana desconoce el ciclo de la luna. La cigarra de verano nada sabe de primaveras ni de otoños. Así son las pequeñas existencias.
El mal no es nunca radical, sólo es extremo, y carece de toda profundidad y de cualquier dimensión demoníaca. Puede crecer desmesuradamente y reducir todo el mundo a escombros precisamente porque se extiende como un hongo por la superficie.