Y en estas cuatro cosas -creencia en los espíritus, ignorancia de las causas segundas, devoción a lo que suscita el temor de los hombres y el tomar como presagio lo que es casual- consiste la semilla natural de la religión.
Se puede tomar de compañera a la fantasía, pero debe tener como guía a la razón.
Trate de poner en práctica lo que sabe. Al hacerlo, las cosas que no sabe, a su debido tiempo, le solicitarán su atención.
Una organización empresarial cuyos empleados son felices es más productiva, tienen la moral más alta y cambia menos de personal. Por consiguiente, cualquier directivo que quiera que su organización prospere ha de saber qué es lo que hace feliz a la gente y poner en práctica ese conocimiento de la forma más eficaz posible.