La nación está obligada a conservar y proteger por medio de leyes sabias y justas la libertad personal, civil e individual así como la propiedad y demás derechos legítimos de todos los individuos que la componen.
En uno de aquellos días manifesté a mis amigos que si en Nicaragua hubieran cien hombres que la amaran tanto como yo, nuestra nación restauraría su soberanía absoluta. Mis amigos me contestaron que posiblemente habría en Nicaragua ese número de hombres, o más
Entre sí y no, por baches indirectos de parábolas, signos, planetas, hasta lanzándose desde el campanario agarra un garfio, pues el camino del cometa es el camino del poeta.
Vale más una tierra con árboles en los montes que un estado con oro en los bancos
Yo fui también, antaño, un columpiador de árboles; muy a menudo sueño en que volveré a serlo, cuando me hallo cansado de mis meditaciones, y la vida parece un bosque sin caminos donde, al vagar por él, sentirnos en la cara ardiente el cosquilleo de rotas telarañas, y un ojo lagrimea a causa de una brizna, y quisiera alejarme de la tierra algún tiempo, para luego volver y empezar otra vez.
La construcción de una coherencia entre lo que vivimos y lo que somos capaces de pensar es una tarea abierta, indefinida, que constituye el lugar común en el que nuestros saberes y nuestras experiencias pueden entrar en relaciones que no los oponen en sus certezas antagónicas sino que los abren a lo que les desborda.
¿Por qué, al hablar del futuro, emplea Marx el presente?, pregunta con aire triunfante nuestro filósofo. Puede usted, muy respetado crítico, mirar en cualquier gramática y verá que el presente se usa en lugar del futuro cuando este futuro es tenido por algo inevitable e indudable. (Respuesta a Mijailovski).