Él murió como vivió: siempre trabajando para el mayor bien y, hasta el último momento, dispuesto a estirar la mano para ayudar a un niño con varicela de dragón tal como lo hizo el día que lo conocí.
Yo consideraba que mi principal misión consistía en pulir mi estilo de juego, en aprender a llevar al tablero planes de largo alcance, sutiles maniobras de posiciones, y jugar con mano firma complejas combinaciones.
Estudiar equivale a pulir la piedra. A fuerza de cultivarla, se purifica el espíritu.
Él murió como vivió: siempre trabajando para el mayor bien y, hasta el último momento, dispuesto a estirar la mano para ayudar a un niño con varicela de dragón tal como lo hizo el día que lo conocí.
Creo que es muy importante asentar nuestra convivencia en una memoria viva y no en un olvido ficticio. Creo que no es posible olvidar; es posible no limitarse a la memoria de lo trágico y tomar otros gestos y otros posicionamientos. (...) Uno siente la alegría del diálogo sin que sea indispensable borrar la historia, uno puede ir al diálogo mucho más auténticamente sino disimula sus heridas.