Las ranas se tiran al estanque como si se echasen al correo.
El estanque está revuelto. Hay olas en su superficie. Los sauces están embozados en hojas y viento. El almiar proyecta su imagen ondulante e inmutable sobre el estanque. En torno al almiar, las ranas arrastran sus vientres blancos entre la hierba.
El poeta se asoma a la alberca del poema y ve el mundo reflejado a su alrededor; toma conciencia de su existir y accede al espacio íntimo del ser. Todo lo que el poema puede lograr es que esa experiencia llegue a ser compartida por los lectores. Pero no garantiza que algo cambie.
Ahora veo que los alojamientos tienen hasta pileta de natación; digo yo: ¿para qué quieren a las mujeres, para hacerles el amor o para bañarlas?
El poeta se asoma a la alberca del poema y ve el mundo reflejado a su alrededor; toma conciencia de su existir y accede al espacio íntimo del ser. Todo lo que el poema puede lograr es que esa experiencia llegue a ser compartida por los lectores. Pero no garantiza que algo cambie.
Ahora veo que los alojamientos tienen hasta pileta de natación; digo yo: ¿para qué quieren a las mujeres, para hacerles el amor o para bañarlas?