Un amigo irrumpe en su casa para anunciarle que ya se firmo el armisticio. - ¡Bah!- comenta Luder. Ya te darás cuenta que la paz solo consiste en cambiar la guerra de lugar.
Me considero un rojo sin diminutivos. No soy un rojillo, soy un rojo, un rojazo. Y eso no quiere decir comunista, ni socialista, ni anarquista, quiere representar esa hermosísima ideología de hace unos años, que hacía creer que esta infamia de mundo podía cambiar de alguna manera.