Al poder legislativo: Hemos llegado de nuevo aquí, dejando familias, trabajos, y llevando cargas más pesadas de las que podemos llevar, para, al igual que lo hemos hecho con el Poder Ejecutivo, dialogar y recordarles lo que a pesar de los inmensos salarios que cobran y que son fruto del trabajo de los hombres y mujeres de bien de esta nación, es su deber. No nos gusta que sea así
El pesar oculto, como un horno cerrado, quema el corazón hasta reducirlo en cenizas.
Desde el fondo de mi abatimiento miro ahora más allá de los Andes y quisiera con toda mi alma estar allí.
La cólera es orgullosa y necesita palabras altaneras; el abatimiento se expresa con términos menos altivos.
Brevísima y llena de congoja es, en cambio, la vida de los que olvidan el pasado, no se cuidan del presente y temen el porvenir
Las gentes propensas a la melancolía son las mejor dotadas para el amor.
Esta melancolía Londres. A veces me imagino que las almas de los perdidos se ven obligadas a caminar por sus calles perpetuamente.
El remordimiento crónico y en ello están acordes todos los moralistas, es un sentimiento sumamente indeseable.
La tristeza, el remordimiento y las lágrimas destruyen las células del cuerpo y envenenan la atmósfera del individuo.
La próxima generación está buscando a sus propios líderes y lucharán para proteger sus propios intereses nacionales. Así que ya pueden coger su moralidad, su arrepentimiento y su democracia, ¡e ir a vendérselas a otro!
La bondad divina no conoce límites y que el arrepentimiento de los pecados es más que suficiente para obtener el perdón.
El viaje se transforma en una estrategia para acumular fotografías. La actividad misma de fotografiar es tranquilizadora, y atempera esa desazón general que se suele agudizar en los viajes.
Me he consagrado a vivir, a concentrarme en la búsqueda de un equilibrio entre los tratamientos que alargan la vida y las acciones que la enaltecen. La realidad de este padecimiento no será un impedimento sino más bien una herramienta que usaré para cosechar y aprovecharé más y mejor el tiempo que se me ha dado.
El verdadero precio de todas las cosas, lo que todas las cosas cuestan realmente al hombre que quiere adquirirlas es el esfuerzo y la molestia que supone adquirirlas
El enfoque habitual de la ciencia de construir un modelo matemático no puede responder a la pregunta de por qué hay un universo que describir para el modelo. ¿Por qué el universo se toma la molestia de existir?
Parece como si la naturaleza, que tan sabiamente dispuso los órganos de nuestro cuerpo para hacernos felices, hubiera querido darnos también el orgullo para evitarnos el dolor de conocer nuestras imperfecciones.
El dolor no perfecciona porque el dolor es de Satán. La Gran Realidad Divina es felicidad, paz, abundancia y perfección. La Gran Realidad no puede crear el dolor. Lo perfecto no puede crear dolor. Lo que es perfecto solo engendra felicidad
Los deseos conducen a la permanente preocupación y decepción, ya que todo lo que se desea de este mundo es miserable y corrupto.
Las primeras ideas de la religión han surgido, no de la contemplación de las obras de la naturaleza, sino de la preocupación por los sucesos de la vida, y de las esperanzas y temores incesantes que actúan en la mente humana
Siempre habrá religiones, porque las religiones viven de la angustia y del miedo de los hombres y porque estamos lejos de haber terminado con los temores existenciales.
No me angustia el mundo. Es la suerte y el destino...No busco ni dinero ni prestigio...Me basta con una buena familia y una buena moral...
¿Cómo puede haber cansancio cuando está presente la pasión? Oh, no suspires con pesadez por la fatiga: ¡Busca la pasión, búscala, búscala!
Perdona a todos y perdónate a ti mismo, no hay liberación más grande que el perdón; no hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza, y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica (agotadora y vana tarea), que te hace juez y cómplice de lo que te disgusta.
En pocas palabras, el resentimiento surge de una igualdad prometida y nunca alcanzada; y esto es algo que sólo se da entre humanos.
El viaje se transforma en una estrategia para acumular fotografías. La actividad misma de fotografiar es tranquilizadora, y atempera esa desazón general que se suele agudizar en los viajes.
Si hay gozo en el mundo, el hombre de puro corazón lo posee. Y si en algún lugar hay tribulación y congojas, es donde habita la mala conciencia
La leve tribulación de un momento nos produce un pesado caudal de gloria eterna.
Tu voz de nostalgia huye con sonido de tren en mi memoria no en la tuya tan cercana a la mía de olvidos y rincones sobre inventarios de deslices.
Tal vez aprender a manejar la máquina del atrevimiento, para viajar instantáneamente a los límites de la vida inmediata, para fundar de vez en cuando un breve paraíso sin porvenir ni pasado, sin el doble chantaje de la nostalgia y del miedo.
Burro que lleva la carga a fuerza de palos..., malo, malo, malo.
El caminante que sube a una montaña se vuelve dueño de sí mismo y responsable de su propia vida: no está sometido a los caprichos de los elementos como el navegante aventurero sobre los mares; menos aún como el viajero transportado en ferrocarril, simple carga humana facturada, etiquetada, controlada y expedida a hora fija bajo la vigilancia de un empleado uniformado.
No es fácil, para alguien que nunca se haya visto en semejante situación, describir o concebir la consternación de los hombres en esas circunstancias. No teníamos idea de dónde nos hallábamos, ni de la tierra a la que habíamos sido arrastrados. No sabíamos si estábamos en una isla o en un continente, ni si estaba habitada o desierta.
La gente empieza a darse cuenta de que el aparato del gobierno es costoso. Lo que aún no ven es que el peso recae sobre ellos.
Esto está cada vez peor, estamos al borde del caos, espero que alguien se atreva a decirlo... El caos, no hay otra palabra, yo por si acaso, se lo digo confidencialmente, he mandado a EEUU toda mi fortuna, lo poco que tengo, claro está... Por eso yo ni un peso coloco en el país.
Cumplí las promesas que hagas, buenas o malas. Si me prometés un premio, dámelo; si es una penitencia sostenela
Toda la hueste cristiana está derrotada y Dios desde lo alto ha castigado mi maldecido y odioso perjurio. ¡Oh, justo y terrible castigador de pecados, haz que el deshonor de los dolores que siento en esta mi mortal y harto bien merecida herida, termine mi penitencia con mi repentina muerte! Y haz que esta muerte, siquiera muera yo en pecado, engendre una segunda vida de eterna clemencia.
No se ha sentido real (todavia). Todo este trabajo duro que he hecho durante toda mi vida esta por valer la pena.
¿Queréis el trabajo? Perfectamente, nosotros lo queremos también, pero lo queremos integral. No buscamos un medio de tener descansos, sino pretendemos hallar en él plena satisfacción. Deseamos el trabajo porque él es nuestra autor realización.
No puedo comprarlo o ¿Cómo puedo comprarlo? , son declaraciones que hacían funcionar el cerebro de mi padre rico. Lo obligaban a pensar y a buscar las respuestas. No puedo comprarlo invoca la tristeza. El desconsuelo que conduce a la desesperanza y, a menudo, a la depresión. ¿Cómo puedo comprarlo? te abre a las posibilidades, la emoción y los sueños.
El bar es un hotel de medio pelo que le cura el desconsuelo a los que no saben qué hacer con el desvelo