Mejor ser un anónimo único que una celebridad común.
Mi objetivo sería más que el convertirme en un famoso crítico o en una celebridad literaria, el ser una autoridad moral.
La personalidad del llamado psicópata es otro ejemplo de la pérdida permanente de las necesidades de amor. Una forma de comprender esta disfunción de la personalidad es que las personas que carecieron de amor en los primeros meses de su vida, sencillamente han perdido ese deseo para siempre, así como la capacidad de dar y recibir afecto.
La personalidad del hombre determina por anticipado la medida de su posible fortuna.
Se me figura que hasta ahora me ha mirado como aquella emperatriz de la antigüedad que se desnudaba delante de su esclavo, pues no veía en él a una persona.
Hay muchos hombres más bestiales que tú -dijo la Bella-, y mejor te quiero con tu figura, que a otros que tienen figura de hombre y un corazón corrupto, ingrato, burlón y falso.
Nunca escribió su sombra la figura de un hombre.
¡Qué novato es quien se figura que mostrar espíritu e inteligencia es un medio de hacerse querer en sociedad! Antes bien, tales cualidades excitan en la preponderante mayoría de la gente un odio y un rencor que resultan tanto más amargos cuanto que quien los siente no está autorizado a denunciar la causa que los origina e incluso la disimula ante sí mismo
El rol del terapeuta consiste más en guiar usando los procesos naturales que funcionan permanentemente en la persona.
Las razas en la América Latina tendrán un rol sumamente importante en el movimiento revolucionario que, encabezado por el proletariado, llegará a constituir en toda la América Latina, el gobierno obrero y campesino, cooperando con el proletariado ruso en la obra de emancipación del proletariado de la opresión burguesa mundial.
El dinero no es una invención estatal ni el producto de un acto legislador. La sanción o aprobación por parte de la autoridad estatal es, pues, un factor ajeno al concepto del dinero. El hecho de que unas determinadas mercancías alcancen la categoría de dinero surge espontáneamente de las relaciones económicas existentes, sin que sean precisas medidas estatales.
La revolución solamente es concebible si comenzamos a partir del supuesto de que ser un revolucionario es un asunto muy común, muy habitual, de que todos somos revolucionarios, aunque en formas muy contradictorias, fetichizadas, reprimidas (...) El grito, el NO, el rechazo que es parte integral del vivir en una sociedad capitalista: ésta es la fuente del movimiento revolucionario