Para acabar con un alter ego, hay que convertirse en otro.
He vivido la época en que se temió que el cine se viera desplazado por la novedad de la televisión. Pero no he compartido ese miedo porque sé que la radio y los discos no pueden destruir la ópera. La televisión no ha podido acabar con el cine porque la gente quiere estar allí, quieren ser los primeros, quieren oír las risas de otras personas.
Quiero morir a los 100 años con una bandera americana a la espalda y la estrella de Texas en el casco, descendiendo gritando por los Alpes sobre la bici, a 120km/h, cruzar mi última meta y oir mi esposa con mis diez hijos aplaudiendo y luego tumbarme en un campo de girasoles franceses y expirar con elegancia
¿De qué me ha servido una juventud, de castidad, de privaciones, una vida tal vez próxima a extinguirse sin haber gozado del amor?
La ecología de un bosque es muy delicada. Si el bosque perece, la fauna puede extinguirse junto con él.
Peregrino de todos los mares; marinero de todos los puertos; noctámbulo de todas las noches...Decidí sucumbir para siempre.
El peregrino que ansía refrescar sus secos labios en las aguas vivas, y sin embargo no se atreve a lanzarse en ellas por temor a la corriente, se expone a sucumbir de calor. La inacción originada del miedo egoísta, no puede producir sino malos frutos.
Este durar en el aire, este finar en la tierra, la pubertad de los ángeles, la vejez de las estrellas, la fábula de las nubes, la rondalla de la arena, iguales y desiguales, ¿Qué son si no son apenas presagios de eternidades y memorias de presencias?
Acomodarse con la pobreza es ser rico. Se es pobre, no por tener poco, sino por desear mucho
Empiezo a desear un lenguaje parco como el que usan los amantes, palabras rotas, palabras quebradas, como el roce de las pisadas en la acera, palabras de una sílaba como las que usan los niños cuando entran en un cuarto donde su madre está cosiendo y cogen del suelo una hebra de lana blanca, una pluma, o un retal de chintz. Necesito un aullido, un grito.
Te dices: Me marcharé a otra tierra, otro mar, a una ciudad mucho más bella que lo que esta pudo ser o anhelar (...) ¡Ah! ¿No comprendes que al arruinar tu vida entera en este sitio, la has malogrado en cualquier parte del mundo?
La utopía es pensar y anhelar algo que parece imposible algo digno de la condición de los hombres. Ponerse a trabajar, marginalmente en la utopía, pero tomando las precauciones para que nunca se cumpla del todo.
El clima tropical me sienta admirablemente bien; me hace ansiar vivir tranquilo durante algún tiempo
¿No se sintió nunca como uno de esos peones de ajedrez pasados, que se olvidan en un rincón del tablero y oyen apagarse a su espalda el rumor de la batalla mientras intentan mantenerse erguidos, preguntándose si queda en pie un rey al que seguir sirviendo?
En un primer momento, la gruta me pareció profundamente oscura. Los rayos solares parecían apagarse en ella por degradaciones sucesivas. Su vaga transparencia no era ya más que luz ahogada. El capitán Nemo entró en ella y nosotros le seguimos. Mis ojos se acostumbraron pronto a esas tinieblas relativas...
Jamás perdona el necio si ve la nuez vacía que dio a cascar al diente de la sabiduría.
El que sólo practica la virtud para conquistar una gran reputación está muy cerca de caer en el vicio.
Todas las cosas no son más que costumbre, señora, no hay nada a lo que uno no se habitúe, ¿no les gustaba a las damas romanas ver caer a los gladiadores a sus pies? ¿No llevaban ellas la ferocidad hasta querer que muriesen sólo en actitudes elegantes?
El choque de las opiniones contrarias hace desaparecer los visos de la verdad.
El teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma.