No hay que prestar atención a quienes nos aconsejan, so pretexto de que somos hombres, no pensar más que en las cosas humanas y, so pretexto de que somos mortales, renunciar a las cosas inmortales.
Cuando los ciudadanos dejan de prestar atención por la política llegan a las instituciones políticos que no prestan atención a los ciudadanos, y eso es muy malo para la democracia.