El populismo es un insulto a los que pensamos que el pueblo es más simpático que las oligarquías.
La religión es un insulto a la dignidad humana. Sin ella, habría gente buena haciendo cosas buenas y mala gente haciendo cosas malas. Pero para que la buena gente haga cosas malas hace falta la religión.
Considero la pobreza como algo obsceno. Y creo que la teoría de que el mercado libre se encargará de todo es un absurdo y una obscenidad más. El llamado mercado libre de lo que se preocupa es de enriquecer a las corporaciones más poderosas. Creo que la última tendencia del mercado libre es que los pobres sean aún más pobres.
La poesía es un artículo de primera necesidad para los individuos y para los pueblos. De alguna manera restaura un idioma, sobre todo frente a los embates de los medios de comunicación, de su obscenidad y vulgaridad.
La vulgaridad es el blasón nobiliario de los hombres ensoberbecidos de su mediocridad.
Lo característico del momento es que el alma vulgar, sabiéndose vulgar, tiene el denuedo de afirmar el derecho de la vulgaridad y lo impone dondequiera.
No sé si la modernidad es una bendición, una maldición o las dos cosas. Sé que es un destino: si México quiere ser tendrá que ser moderno
¡Escúcheme, hombre de corazón duro! ¡Escúcheme, orgulloso, severo y cruel! ¡Habría podido salvarme y devolverme la dicha y la virtud, pero no quiso! Usted es el destructor de mi alma, mi asesino, ¡Que caiga sobre usted la maldición de mi muerte y la de mi hijo aún no nacido!
Lo que hice el año pasado es una grosería. Ganar 57 partidos seguidos en polvo de ladrillo, y 85 partidos de los 87 jugados, con 16 torneos ganados sobre 31, es una barbaridad que no voy a volver a repetir en mi carrera. Ni creo que en mucho tiempo alguien lo pueda igualar
¿Despues de tamaña barbaridad que se puede decir?
Galatea es su nombre, y dulce en ella el terno Venus de sus gracias suma; son una y otra luminosa estrella lucientes ojos de su blanca pluma, si roca de cristal no es de neptuno, pavón de Venus es, cisne de Juno.