Hay que andarse con tiento en eso de cantar victorias diplomáticas sobre otra nación, porque el cacareo puede deshacer lo que ha logrado hacer la diplomacia.
El hombre siente que su cuerpo se confunde en el cansancio con las sábanas; y, de pronto, el cacareo de un gallo lo hace respingar furiosamente. Otro gallo contesta a la distancia.
No hay nada más natural que el considerar todo como a partir de uno mismo, elegido como el centro del mundo, uno se encuentra por lo tanto, capaz de condenar el mundo sin siquiera querer oír su cháchara engañosa.
Todo cambia y nada permanece. Y no habría belleza, ni danza, ni movimiento si las estaciones no alborotaran los colores y el follaje de los arboles no se desprendiera amarillo en el atardecer.
¡Ah, qué suaves son tus labios! El beso que acabamos de atrapar es tierno y majestuoso como un gran árbol con un follaje nuevo.
Sabía todo sobre la literatura excepto como disfrutarla.
La literatura como el nacimiento a la vida, contenía en sí misma, su propia esencia, que no es otra cosa que la desaparición.