Sinónimos de osamenta

Bueno es que el hombre aguante, le digo, así le digo al esqueleto cuando se me anda quedando atrás, refunfuñando, y le pego un puntapié en las costillas...

Todo lo que haces es encaminarte derecho a la tumba, un rostro cubre el esqueleto por un tiempo. Extiende esa cubierta del cráneo y sonríe

Un motor rotativo de combustión interna en el que un rotor triangular gira dentro de una carcasa especialmente diseñada, y que realiza las mismas funciones que los pistones de un motor convencional, pero reduciendo peso y número de partes móviles.

O Dios, podría estar limitado en una cárcasa de nuez, y creerme el Rey del espacio infinito.

La jactancia, como la armadura dorada, no es lo mismo por dentro que por fuera.

Si a la bella se suma la discreta, y nuestra vista bebe su dulzura colmando el corazón de ansia secreta, del amor al asedio que perdura pidiendo estadio la beldad nos reta como bravo adalid en su armadura

Cuanto la configura —la cara, el cuello, el vientre, las nalgas, las piernas, los brazos— ha sido objeto de operaciones delicadas y costosas, tan sutiles que se requieren la experiencia y el buen ojo de un especialista, para detectar las ocultas puntadas que dan firmeza y armazón al artificio, al singular muñeco, recompuesto, ajustado, pintado y teñido.

La historia es siempre una fantasía sin base científica, y cuando se pretende levantar un tinglado invulnerable y colocar sobre él una consecuencia, se corre el peligro de que un dato cambie y se venga a bajo toda la armazón histórica.

Soy un ser inmaterial encerrado en una carcasa humana

O Dios, podría estar limitado en una cárcasa de nuez, y creerme el Rey del espacio infinito.

Nunca olvides qué eres, porque, desde luego, el mundo no lo va a olvidar. Conviértelo en tu mejor arma, así nunca será tu punto débil. Úsalo como armadura y nadie podrá utilizarlo para herirte.

El héroe nocturno es un caballero de armadura ensangrentada. Está sucio, y hace todo lo que puede para negar que es un héroe todo el tiempo.

Cuanto la configura —la cara, el cuello, el vientre, las nalgas, las piernas, los brazos— ha sido objeto de operaciones delicadas y costosas, tan sutiles que se requieren la experiencia y el buen ojo de un especialista, para detectar las ocultas puntadas que dan firmeza y armazón al artificio, al singular muñeco, recompuesto, ajustado, pintado y teñido.

La historia es siempre una fantasía sin base científica, y cuando se pretende levantar un tinglado invulnerable y colocar sobre él una consecuencia, se corre el peligro de que un dato cambie y se venga a bajo toda la armazón histórica.