Creo que desperdiciamos 80 días, porque proyectar es parte del éxito. Proyectar con acierto, contemplar con acierto, imaginar lo que va a suceder, y articular respuestas prestablecidas, es parte del éxito. Nosotros imaginamos una realidad que en este momento sería absurdo no reconocer que está desvirtuada, porque todos los días se agrega una dificultad diferente a lo que estamos llevando a cabo. Eso no quiere decir que no podamos intentar con muchísima ilusión y entusiasmo lo que esperan de nosotros. Lo que no podemos hacer es seguir ignorando la situación.
Relájese y todos a su alrededor se relajarán. Diviértase. Muestre entusiasmo siempre
Una vez le escribí, en un estado de ánimo sarcástico, que las técnicas de ficción se habían estandarizado tanto que uno de estos días una máquina escribiría novelas.
Para triunfar es necesario vencer, para vencer es necesario luchar, para luchar es necesario estar preparado, para estar preparado es necesario proveerse de una gran entereza de ánimo y una paciencia a toda prueba.
Ser incapaz de entusiasmo es señal de mediocridad
La fe es de oro, el entusiasmo de plata, el fanatismo de plomo.
La liberación consiste en de deshacerse de la falsa ilusión de que no estamos liberados.
El deseo humano de un principio, un medio y un fin y un fin apropiado a la magnitud de ese principio y ese medio no se realiza tan cabalmente como en las obras que Coleman enseñaba en la Universidad de Athena. Pero fuera de la tragedia clásica del siglo V aC, la esperanza de conclusión, y no digamos de una consumación justa y perfecta, es una ilusión demasiado necia para que la tenga un adulto.
Los verdaderos grandes son los de ánimo grande.
Dejar que digan, escucharlo, sufrirlo todo; no espantarse por nada y continuar con fidelidad y buen ánimo