El mundo es una infinidad de posibles impresiones sensibles, y sólo somos capaces de percibir una pequeña parte de él. La parte que podemos percibir es luego filtrada por nuestra experiencia única, cultura, lenguaje, creencias, valores, intereses y suposiciones.
Me basta reflexionar en la maravillosa estructura del universo, la cual podemos percibir muy vagamente, y tratar de comprender humildemente tan solo una parte infinitesimal de la inteligencia manifiesta en la naturaleza
Pensar no es captar la esencia de las cosas sino reflexionar sobre ellas...
El crítico genial es el que puede captar y comunicar el mayor número posible de las infinitas dimensiones que hay en toda gran obra literaria, el que más se acerca a la intuición creadora del poeta en toda su riqueza y complejidad, agotándola en todos sus sentidos.
Los hombres están siempre dispuestos a curiosear y averiguar sobre las vidas ajenas, pero les da pereza conocerse a sí mismos y corregir su propia vida.
El científico no es responsable de las leyes de la naturaleza, pero su trabajo es averiguar cómo actúan y cómo ponerlas al servicio de la voluntad humana. Sin embargo, decidir se debe usarse una bomba de hidrógeno no es labor suya: tal responsabilidad recae en el pueblo americano y en los gobernantes que escogieron.
Quiero ir con aquel a quien amo. No quiero calcular lo que cuesta. No quiero averiguar si es bueno. No quiero saber si me ama. Quiero ir con aquél a quien amo
Todo ocurre siempre porque sí, y de la manera que tiene que ocurrir, de la manera que puede ocurrir, ésa es la verdad. No vale la pena indagar los detalles, cuando ya todo ha terminado. Pero en lo esencial, en lo verdadero, sí que vale la pena indagar, porque si no, ¿Para qué he vivido? ¿Para qué he estado soportando estos cuarenta y un años? ¿Para qué te he estado esperando?
He temido siempre indagar a la razón, pero nunca a los hombres.
A quien en la ciudad estuvo largo tiempo confinado, le es dulce contemplar la serena y abierta faz del cielo, exhalar su plegaria hacia la gran sonrisa del azul.
El término nirvana significa exhalar -el suspiro de alivio-, algo de lo que nos alejamos en el mismo momento en que retenemos la respiración. Cuando nos aferramos a nosotros mismos, a la vida, a la respiración, al espíritu o a dios, todo queda reducido a algo tan inerte como una piedra o un ídolo. Pero cuando soltamos y exhalamos, la respiración volverá. Eso, precisamente, es el nirvana.
Un hombre no es un hacha. No es una condenada herramienta que corta, tala y destroza todo el día. Las cosas le llegan. Hay cosas que no puede desprender porque las lleva dentro.
Recuerdo que el amor era una blanda furia no expresable en palabras. Y mismamente recuerdo que el amor era una fiera lentísima: mordía con sus colmillos de azúcar y endulzaba el muñón al desprender el brazo. Eso sí lo recuerdo.
Las voces de la brisa dirán tu nombre como un rumor. Y en el jardín del alma renacerá una flor, y temblarán las manos al presentir tu amor.
Nunca podemos juzgar la vida de los demás, porque cada uno sabe de su propio dolor y de su propia renuncia. Una cosa es suponer que uno está en el camino cierto; otra es suponer que ese camino es el único
El error del intelectualismo es suponer que la mente humana obedece a una necesidad general de tener explicaciones
Soy un héroe. Simplemente es un oficio, como tejer o fabricar cerveza, y como todos tiene sus trucos, sus mañas y sus secretos. Hay formas de intuir a las brujas y de reconocer la presencia de un veneno; existen ciertos puntos débiles en todos los dragones y ciertas argucias que emplean encapuchados desconocidos para ponerte a prueba.
Donde mis compañeros veían muescas de tinta en páginas incomprensibles yo veía luz, calles y gentes. Las palabras y el misterio de su ciencia oculta me fascinaban y me parecían una llave con la que abrir un mundo infinito y a salvo de aquella casa, aquellas calles y aquellos días turbios en les que incluso yo podía intuir que me aguardaba escasa fortuna
Un grano de poesía es suficiente para perfumar un siglo.
El doctor Barrios se alejó despacito, pensando en lo bella y sensible que era la hija de su colega y en la semejanza que la vida tiene con los rosales; apenas una rosa acaba de perfumar la existencia de algún hombre cuando se deshoja, y luego otro nuevo capullo se abre en un nuevo florecimiento, tan intenso como el de la rosa muerta.