A los niños nadie les enseña algunas cosas indispensables, como arreglar una llave que gotea, sobornar a un funcionario o cortarle el pelo al perro.
Cuando un funcionario público gasta en provecho propio cinco francos más, es porque un contribuyente gasta en provecho propio cinco francos menos. El gasto del funcionario se ve, porque se verifica; pero el del contribuyente no se ve, porque, ¡ay!, se le impide realizarlo.