El hombre atareado tiene pocos visitantes ociosos: a la olla que hierve no acuden las moscas.
Nosotros dos somos los únicos conspiradores. Vuestra merced, por haber agobiado al país con exacciones insoportables, y yo, por haber querido libertar al pueblo de semejante tiranía
Muchas cosas pueden convertirse en fardos, en cargas, si nos aferramos a ellas ciega e inconscientemente. Por ejemplo: quien haya cometido errores, puede sentirse irremediablemente agobiado por ellos y caer en el abatimiento; el que no haya incurrido en errores, puede creerse irreprochable y volverse vanidoso.
El talento es el medio más seguro de falsearlo todo, de deformar las cosas y de equivocarse acerca de uno mismo. Sólo poseen una existencia verdadera aquellos a quienes la naturaleza no ha abrumado con ningún don. Sería por ello difícil de imaginar un universo más falso que el universo literario, o un hombre más desprovisto de realidad que el hombre de letras.
El hombre, abrumado constantemente por las cargas de la familia, pierde hasta la libertad de ser honrado y el derecho de ser feliz.
He tomado sobre mis espaldas el monopolio de mejorar sólo a una persona, y esa persona soy yo mismo, y sé cuán difícil es conseguirlo
La verdadera locura es tan rara como la verdadera sabiduría. Quizá no sea en el fondo, otra cosa que la sabiduría misma, que cansada ya de saberlo todo y de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la resolución de volverse loca.
Más aquel a quien, bajo promesa de obediencia la vida y la libertad será entonces conquistado y se convertirá en súbdito.
Por el poder de la verdad, he conquistado el universo
¡Los alemanes han invadido Polonia! ¡Es la guerra! Anunció a gritos en aquella sala silenciosa. La noticia me golpeó el corazón como un martillazo. Pero el corazón de nuestra generación ya estaba acostumbrado a toda clase de golpes duros.
Parece que a este nuestro pueblo, al igual del personaje de Poe, lo ha invadido la irremediable cobardía de no abrir los ojos, no tanto por esquivar la visión de horribles cosas cuanto por el fundado temor de no ver nada.
El mayor mal es la falta de amor y caridad, la terrible indiferencia hacia nuestro vecino que vive al lado de la calle, asaltado por la explotación, corrupción, pobreza y enfermedad.
La mayor enfermedad hoy día no es la lepra ni la tuberculosis sino más bien el sentirse no querido, no cuidado y abandonado por todos. El mayor mal es la falta de amor y caridad, la terrible indiferencia hacia nuestro vecino que vive al lado de la calle, asaltado por la explotación, corrupción, pobreza y enfermedad
No hay rasgo exterior que distinga a un malvado; puesto que la atrocidad, la cometida en las muchachas o cualquier otra, se encuentra a mano del primero que pase. No se trata de que este mundo esté lleno de inocentes, sino de lo contrario: está poblado por individuos capaces, todos ellos, de lo peor
Más de 175 millones de personas utilizan Facebook. Si esto fuese un país, sería el sexto país más poblado del mundo
Universo cíclico, está habitado por hombres cíclicos, que aparecen y reaparecen. No importa lo que hayan hecho o dejado de hacer, siempre habrá para ellos un lugar en el horizonte. Generoso en la desmemoria, nuestro pueblo siempre brinda nuevas oportunidades. Pudiera decirse que el nuestro es un país habitado por hombres de amianto: aquí no se quema nadie
Te dicen que un árbol es sólo una combinación de elementos químicos. Prefiero creer que Dios lo creó, y que es habitado por una ninfa.
Yo no cabía en mí de satisfacción, presa de una alegría extraña. Me sentía relajado. El mundo estaba lleno de gente la mar de divertida. El barman delgado echó una mirada en mi dirección y le hice un guiño de complicidad amistosa. Cabeceó con ademán de comprensión. Lancé un suspiro y me retrepé en la silla, reconciliado con la existencia.
Cuando entré en tu casa me pareció volver de nuevo al pasado, a uno de esos hermosos crepúsculos tristes del año 1843, cuando aspiraba el aire desde mi ventana, lleno de tedio y con la muerte en el alma.
Mientras mayor el viaje, más comprometido tiene que estar para tomarlo.
Los hombres al acercarse unos a otros para vivir en sociedad, han hecho, ya formal, ya tácitamente un pacto, mediante el cual se han comprometido a prestarse servicios y a no perjudicarse.