Decididamente, el mundo de la duda es un paisaje marino e inspira al hombre presunciones de naufragio
Aquel que le gusta la práctica sin la teoría, es como el marino que navega barcos sin timón ni brújula y nunca sabe dónde anclar.
Allí están las ventanas que te dan un pretexto para abrir bien los brazos. Asómate al marítimo bullicio de las calles. ¿No oyes una sirena que llama desde el puerto?