El peronismo es más que un partido. No lo disuelven por decreto ni lo amansan por intimidación. No llamamos a ninguna aventura desesperada. Llamamos a la lucha, que comienza por esclarecer las conciencias, proclama las verdades y hablar por los que callan cuando debería orientar a la masa.
El sueño es indirigible. No se ha descubierto su secreto. Ojalá pudiera yo orientar mis sueños según mis deseos. Entonces...No me despertaría nunca.
Es fácil dirigir y actuar al mismo tiempo. Hay una persona menos con la cual discutir.
¿Qué valoro de lo que me tocó vivir? Que despertó mi vocación, puso en juego los aspectos que tienen que ver con la vocación: uno lo hace por más que no sea necesario, lo hace porque le produce felicidad. dirigir a Chile me despertó amor por la tarea, amor por la vocación. Valoro haber sido liderado por una conducción que despertó lo mejor que tiene este ser humano: el amor por la vocación.
Queremos GUI básicamente porque son convenientes y porque son fáciles -o al menos la GUI hace que así parezca-. Por supuesto, nada es realmente fácil y simple, y poner una bonita interfaz no cambia ese hecho. Un coche controlado a través de una GUI sería más fácil de conducir que uno controlado por los pedales y el volante, pero sería increíblemente peligroso.
La función intelectual de las dificultades es la de conducir a hombres y mujeres a pensar.
El peronismo es más que un partido. No lo disuelven por decreto ni lo amansan por intimidación. No llamamos a ninguna aventura desesperada. Llamamos a la lucha, que comienza por esclarecer las conciencias, proclama las verdades y hablar por los que callan cuando debería orientar a la masa.
El sueño es indirigible. No se ha descubierto su secreto. Ojalá pudiera yo orientar mis sueños según mis deseos. Entonces...No me despertaría nunca.
Cuarenta años después de una batalla, es muy fácil para un no combatiente razonar acerca de cómo debería haberse peleado. Es muy distinto dirigir personalmente la acción bajo el fuego, mientras se está envuelto en su oscuro humo.
Quiero dirigir, porque dirigir hace que tenga que pensar más, y que tenga que involucrarme más, tomar mis propias decisiones y mis propios errores. Es más exigente. El actor es quien tiene que levantarse, ir, meterse en el barro y hacerlo. A cambio, tenés algunos días libres. Pero si estás dirigiendo, no tenés ni un minuto, de la mañana a la noche.