Bajo el agua seguía gruñendo, aún más fuerte y aterrador: llegó al barco, se quebró el puente; el barco cayó como plomo.
Si no hubiera marineros y fogoneros, el barco no se movería. Si los obreros no trabajan, no entra ni un céntimo en el bolsillo de los ricos. El barco del que hablaba antes ha sido comprado y preparado con el dinero obtenido exprimiendo la sangre a otros trabajadores. Es el dinero que nos han robado a nosotros. Los ricos y nosotros somos como padres e hijos.
No abandones tu embarcación en el mar de la suerte; sigue remando, pero rema con desenvoltura, y reflexiona una vez más
El sol que estaba entonces en su punto más bajo del horizonte daba al agua una coloración purpúrea con destellos de oro en las crestas de las grandes olas adquiriendo tonos azules y verdosos en sus puntos más profundos. Parecía como si cada embarcación de pesca atrajese hacia sí sus propios botes mediante invisibles cadenas.
Cera y cáñamo unió (que no debiera), cien cañas, cuyo bárbaro ruido, demás ecos que unió cáñamo y cera alboque es duramente repetido; la selva se confunde, el mar se altera, rompe Tritón su caracol torcido, sordo huye el bajel a vela y remo; tal la música es de Polifemo.
Es posible alcanzar el éxito mundano y poseer todo tipo de comodidades materiales -como una lujosa casa, comida deliciosa, un yate y varios automóviles, por ejemplo- pero, si su vida carece de un toque de misticismo, el éxito material no tardará en hastiarle.