No hay camino sin democracia participativa y ésta no puede ser constreñida a dar la opinión una vez cada cuatro años. No, no, y no. Tenemos que buscar caminos para conocer, aceptar y desarrollar nuestros programas políticos e ideas de acuerdo con las vivencias y sentimientos de la ciudadanía
Nuestra democracia debe ampliarse mediante el involucramiento creciente de la ciudadanía en los asuntos públicos.
Siempre he sabido que en el fondo del corazón de todos los seres humanos hay misericordia y generosidad. Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, su procedencia o su religión. El odio se aprende, y si es posible aprender a odiar, es posible aprender a amar...
Cuando la naturaleza formo nuestra especie, nos dio unos cuantos instintos, el amor propio para nuestra conservación, la benevolencia para la conservación de los otros, el amor que es común con todas las demás especies y el don inexplicable de combinar mas ideas que todos los demás animales juntos; después de habernos dado así nuestro lote, nos dijo: ahora, arreglaros como podáis.
Nunca la naturaleza dice una cosa y la sabiduría otra.
Nosotros..., en fin, podríamos ser amigos, ¿no crees? añadió. También podríamos ser raros ejemplares de una exótica raza de elefantes africanos bailarines respondió el gato. Pero no lo somos. Por lo menos continuó con tono rencoroso, tras clavar una breve mirada en Coraline, yo no.
La raza blanca es el cáncer de la historia humana; es sólo la raza blanca (sus ideologías y sus invenciones) la que erradica a las civilizaciones autónomas allá donde se extiende, la que estropea el equilibrio ecológico del planeta y la que ahora amenaza a la propia existencia de la vida.
Como en cuna de nacar que empuja el mar y que acaricia el cefiro, dormir parecia al blando arrullo de sus labios entreabiertos
Para mí, Dios es como la cuña que nunca deja que se cierre el mundo y que siempre está generando otra cosa. Pero no tengo idea de quién sea. Es el lugar desde el que merodeando hablo; pero nunca hablaría sobre Dios, intento hablar desde Dios
La sencillez y naturalidad son el supremo y último fin de la cultura.
No es digno del hombre aceptar con naturalidad lo que es propio de la naturaleza.
Pero de todos modos, y como decía Monsieur Masseras, redactor en jefe del periódico publicado en México en francés, L'Ere Nouvelle, esa desafortunada nación no esperaba sino una sola cosa: un gobierno de orden, de organización y prosperidad, tres palabras, agregaba el periodista, que referidas a México, terreno proverbial de revoluciones y contrarrevoluciones, resultaban por demás irónicas.
El Dos de Mayo fue la expresión de la pasión con la que los españoles se comprometieron en el nacimiento de España como una nación moderna, basada en la libre elección de los ciudadanos.