Francamente, estaba horrorizado con la vida, con lo que un hombre tenía que hacer simplemente para comer, dormir y mantenerse vestido. Entonces me quedaba en la cama y bebía. Cuando bebía el mundo aún estaba allí afuera, pero por el momento no te tenía agarrado del cuello.
Para consultar la Wikipedia hay que ser un ceporro o un agarrado
¿Y el hombre? Nada por sí mismo, no será más que una parte de un todo, y es entonces cuando habiendo perdido la vanidad de su pequeño y mezquino individualismo, ¡será feliz en este Edén que él habrá creado!
Nada tan mezquino de miras como un hombre eternamente confinado en la política. Si fiel a su partido, se agita en órbita de microbio, no concibe nada más allá de su grupo y realiza una obra de interés personal o de egoísmo; cuando no, rencores y venganzas; si infiel a sus correligionarios, va de agrupación en agrupación ejerciendo el ignominioso papel de tránsfuga y merodeador público.
La esperanza es la mejor posesión. Nadie es tan miserable como los que están sin esperanza.
Mi madre me esperaba en la estación. Lloró al verme regresar. Tú lloraste al verme partir. ¡Tan miserable es nuestra condición que no podemos desplazarnos de un lugar a otro sin que cueste lágrimas para ambas partes!
Yo creo que la melancolía es el estado de locura del arte. De revelación e inspiración. Es Hamlet con la calavera en la mano.
No soy todavía un esqueleto y la vejez no se ha pegado a mi frente.
La geometría me sirve como gramática de lenguaje expresivo en la imagen. El esqueleto estructural, la composición y el corte geométrico sirven para dar una llave de lectura a la imagen; si no se hace como los dadaístas, que ponían las palabras en un saco y después las sacaban fuera una por una para componer una poesía.