Ya fuera de trabajo, del matrimonio o de la familia, siempre he sido una pifia avanzada.
La mosca debe ser tomada como el símbolo de la impertinencia y la audacia; porque en tanto que los demás animales le huyen al hombre más que a otra cosa, y corren antes que él se les acerque, la mosca se posa sobre su nariz misma.
En mi profesión -dijo-, cuando me tropiezo con un hombre como ése, tengo otra divisa: vive y deja morir.
No perded de vista jamás que no es la falta lo que pierde a una mujer, sino el escándalo, y que diez millones de crímenes ignorados son menos peligrosos que el más leve tropiezo que salta a los ojos de la gente.