Aunque todo aquel que compra un producto lo hace esperando que la adquisición aumente su felicidad, muchas personas se dejan engañar por las falsas apariencias.
A veces pensamos que hemos escogido el camino correcto y cuando observamos que no es así, no somos capaces de parar y volver al camino. ¿Sabes por qué? Por los egos y el orgullo. Es muy dificil aceptar una equivocación. Además la mayoría de los seres nos dejamos engañar por nuestros pensamientos que se transforman en deseos de alcanzar lo que no tenemos o de estar en otro lugar.
Es más fácil embaucar a muchos juntos que a uno solo
¡Cielos! me decía, ¿Es posible que esos dos seres tan amables y amantes no sean más que dos duendes, acostumbrados a encarnarse en toda suerte de formas para burlar a los mortales? ¿Es posible que no sean más que dos brujas o, cosa más execrable aún, dos vampiros a quienes les está permitido animar los cuerpos odiosos de los ahorcados del valle?
Que aunque dejas burlado el lazo estrecho que tu forma fantástica ceñía, poco importa burlar brazos y pecho si te labra prisión mi fantasía.
Gente sin swing, son como halcones. Pueden fingir hasta que llores, pero mi amor, son impostores. Y aunque te inviten su mesa, no estarán de tu lado. Y aunque lo juren y prometan, no estarán de tu lado.
Pero si tú lo quieres puedo hacer tal como tú y fingir que nunca nos hemos acariciado y si alguien me pregunta: ¿Es fácil olvidar? Le diré: es fácil de hacer, sólo coge a alguien y finge que nunca os habéis conocido.
¿Cómo mantener a la gente a un brazo de distancia y que nunca se acerque demasiado? ¿Cómo desconfiar de aquellos que supuestamente amas más? ¿Cómo aparentar que estás bien y no necesitas ayuda de nadie? ¿Cómo sentirte despreciable a no ser que le estés sirviendo o ayudando a alguien? Te enseñaré todo esto en ocho pasos sencillos... (Eight Easy Steps - 2004).
La personalidad pública es algo muy diferente a la personalidad íntima. Quizás hay ahí un abismo entre las dos. En público siempre está uno tratando de aparentar algo.