Por las venas de Cuba no corre sangre, sino fuego: melodioso fuego que derrite texturas y obstáculos, que impide la mesura y, muchas veces, la reflexión. Pero así somos, y ése es nuestro mayor encanto y defecto: estamos hechos de música.
El coito es el mayor atentado contra la razón que ha sido concebido.
El primer signo distintivo de ese arte es lo ilimitado, lo superlativo del mismo; un deseo de superación y un impulso hacia la inmensidad, que es adonde quiere llegar el demonio, porque allí está su elemento, el mundo de donde salió.
Lo contrario de la hipérbole es el trabajo: exactitud, reflexión, precisión. Es dificil hacer del idioma un instrumento exacto y dúctil; y es fácil salir del paso con un superlativo que no dice nada.
Alejandro magno increpaba a un pirata que había capturado echándole en cara su profesión. Soy pirata se oyó responder porque no tengo más que un barco. Si tuviera una flota, sería un conquistador. Alejandro le dejó en libertad.
Es el máximo representante de la música en inglés de la segunda mitad del siglo XX
La democracia no puede funcionar. Matemáticos, campesinos, y animales, eso es todo lo que hay. Así que la democracia, una teoría basada en la asunción de que los matemáticos y los campesinos son iguales, nunca puede funcionar. La sabiduría no es aditiva; su máximo es el del hombre más sabio del grupo.
El consenso ha provocado un efecto fulminante cual es el de la desconfianza de una enorme masa de españoles en el buen funcionamiento del sistema democrático, que quedó palpablemente demostrado en el elevadísimo índice de abstención que se produjo en el pasado referéndum.
Aquellos camareros maravillosos que teníamos, que le pedíamos uno cortado, un nosequé, mi tostada con crema, la mía con manteca colorada, cerdo, y a mí uno de boquerones en vinagre y venían y te lo traían rápidamente y con una enorme eficacia