El gobierno no es razón, ni elocuencia, ¡es la fuerza! Como el fuego, es un sirviente peligroso y un amo terrible. Nunca debería ser dejado a merced de personas irresponsable.
Porque la verdadera tradición no emana del pasado, ni está en el presente, ni en el porvenir; no es sirviente del tiempo. [...] La tradición no es la historia. La tradición es la eternidad