La fuerza de una cultura reside en su capacidad para abrirse a otras, para integrarlas e integrarse en ellas. No importa cuán diferentes sean, señala Habermas, todas comparten algunos principios, Ninguna cultura tolera la explotación de los seres humanos. Ninguna religión permite la matanza de inocentes. Ninguna civilización acepta la violencia o el terror.
Quiero construir un puente de oro tendido al mundo entero para reunir a todos los países en la armonía y el amor que contiene el aikido. Creo realmente en que el estudio del aikido puede unir a todos los pueblos e impregnar al mundo con la fuerza de un amor inmutable.
Mi música pretende unir todas las razas, para que todos vivamos como una familia