El placer de amar sin osar confesarlo tiene sus penas, pero también sus dulzuras.
Es propio de hombres de cabezas medianas embestir contra todo aquello que no les cabe en la cabeza.
Cuanto mayor es la bruma, tanto más pone en peligro al buque, y se acelera la marcha aun con el riesgo de embestir a alguien. Poco imaginan los bien abrigados jugadores de cartas en la cabina, las responsabilidades del hombre insomne en el puente de mando.
Los buenos curas se ven obligados a echarse fuera de la Iglesia para encontrar un asilo entre los profanos, es decir, entre los confesores de la fe nueva, entre nosotros, anarquistas y revolucionarios, que vamos hacia un ideal y que trabajamos gozosamente en su realización.
Cuando uno se pone a pensar en sus semejantes, podría echarse a llorar;en realidad podría pasarse el día llorando
La mejor manera de tirar el dinero es comprar barato. Lo barato es caro.
- Cuando comprendas-dice Brandy-que lo que estás contando no es más que una historia. Que ya no está pasando. Cuando comprendas que la historia que estás contando no son más que un puñado de palabras, cuando puedas arrugarla y tirar tu pasado a la papelera, entonces decidiremos quién vas a ser a partir de ahora.
La única posibilidad de descubrir los límites de lo posible es aventurarse un poco más allá de ellos, hacia lo imposible.
La única manera de conocer los límites de lo posible es aventurarse un poco más allá de ellos, hacia lo imposible.
Es mejor arriesgarse a salvar un culpable que condenar a un inocente
Amar es arriesgarse a que no le quieran. Esperar es arriesgarse a sentir dolor. Intentar es arriesgarse a fracasar. Pero hay que arriesgarse. Porque lo más peligroso en esta vida es no arriesgar nada
...en la vida he pisado un gimnasio, mientras que un piloto actual es un auténtico atleta capaz de meterse 8 horas de gimnasio o rodar en bici cientos de kilómetros
Utilizaba la heroína porque nunca me vi capaz de afrontar bien la fama. Sabía que para ser feliz y hacer lo que quería, música, la fama era uno de los precios a pagar, y no me acostumbraba. Era más fácil meterse heroína y utilizar eso como una forma de distanciarse que afrontar la presión exterior.
El pensamiento de la muerte me persigue con una obstinación singular. A cada gesto que hago, calculo: ¿cuántas veces ya? Me pregunto: ¿cuántas veces todavía? Y siento, lleno de desesperación, precipitarse la revolución del año
La televisión en nuestros días, centro de las creencias y las idolatrías inexplicables, ni es creyente ni deja de serlo, es el precipitarse de imágenes que se disuelven en la indiferenciación, es la rutina que de pronto adquiere visos de zarza ardiente.
Me sentía desnudo en un extraño mundo. Experimenté lo que quizá experimenta un pájaro en el aire claro, cuando sabe que el gavilán vuela y quiere precipitarse sobre él. Mi pavor se tornaba frenético.
La televisión en nuestros días, centro de las creencias y las idolatrías inexplicables, ni es creyente ni deja de serlo, es el precipitarse de imágenes que se disuelven en la indiferenciación, es la rutina que de pronto adquiere visos de zarza ardiente.
... yo quería arremeter contra la vanidad, porque había descubierto que es incompatible con la dicha.
Los geólogos disfrutan con los terremotos y otras catástrofes naturales porque abren la tierra y dejan entrever sus secretos. Mi actitud hacia esta barcaza era similar. No había forma de sacarla a rastras de la isla y saltar dentro de la cavidad que había horadado, pero podía pasearme por los bordes con mis tarros de muestras y ver qué aparecía.
Ante el mar agitado la cuerda a saltar abre un vacío.
La tarea que enfrentan los devotos de la no violencia es muy difícil, pero ninguna dificultad puede abatir a los hombres que tienen fe en su misión.
El que vive sinceramente y encuentra penas verdaderas y desilusiones, que no se deja abatir por ellas, vale más que el que tiene siempre el viento de popa y que sólo conoce una prosperidad relativa