El espíritu humano no recibe con sinceridad la luz de las cosas, sino que mezcla a ellas su voluntad y sus pasiones; así es como se hace una ciencia a su gusto, pues la verdad que más fácilmente admite el hombre es la que desea.
El querer lo es todo en la vida. Si queréis ser felices lo seréis. Es la voluntad la que mueve montañas.
Así, con cada avance en los conocimientos científicos surgen nuevos elementos que, a menudo nos obligan a reformular nuestra imagen de conjunto de la realidad física. Sin duda, los teóricos preferirían perfeccionar y modificar sus teorías en lugar de proceder continuamente a su desguace. Sin embargo, esta obligación es la condición y el precio de todo el progreso científico
Si encuentras un tema que suena bien esta noche, ¡tócalo todas las noches!
Escribo estas líneas, realmente mal anotadas, no para decir esto, ni para decir cualquier cosa, sino para ocupar en algo mi desatención.
Lo que emerge a través del acto de atención es lo incondicionado: quien eres en tu esencia, por debajo de tu nombre y de tu forma. Dejas de seguir un guión, te vuelves real. Cuando esa dimensión emerge dentro de ti, también la evocas en la otra persona. En último término no hay otro, siempre te estás encontrando contigo mismo.
Quienes instauran el terror no son los débiles, no son aquellos que a él se encuentran sometidos sino los violentos, quienes, con su poder, crean la situación concreta en la que se generan los abandonados de la vida, los desharrapados del mundo.
Por tanto, existen también la mujer apta para ser guardiana y la que no lo es. ¿O no son ésas las cualidades por las que elegimos a los varones guardianes?
Bien sé, hijo, que otras muchas cosas os podría y debería decir. De las que podría, no hacen por ahora al caso... las que debería están tan oscuras y dudosas que no sé cómo decirlas ni que os debo aconsejar sobre ellas,porque están llenas de confusiones y contradicciones, o por los negocios o por la conciencia.
Mis problemas no los tengo en las escenas de masas sino en las otras, las que a primera vista parecen simples. Aquí es donde surgen los obstáculos realmente insuperables.
¿Hacia dónde vamos? Vamos hacia el sueño... ¿De dónde venimos? Venimos del sueño... Como las olas, como los vientos...
Las desgracias que podemos soportar vienen del exterior; son accidentes. Pero sufrir por nuestras propias faltas... Es ahí donde reside el tormento de la vida.