No es sólo en la guerra, sin embargo, que peleamos por la libertad. Uno pelea por la libertad en sus contactos personales y en muchas etapas de su vida civil. Todo el tiempo, día a día, tenemos que continuar luchando por la libertad de religión, la libertad de expresión y la libertad para vivir sin miseria, por todas aquellas cosas que deben ser ganadas en la paz así como en la guerra
Se pelea mientras hay por qué, ya que puso la naturaleza la necesidad justicia en unas almas, y en otras la de desconocerla y ofenderla. Mientras la justicia no está conseguida, se pelea.
Todo cuanto ocurre en la guerra, lo hace mediante las fuerzas militares; allí donde se emplea una fuerza, es decir, hombres armados, la idea del combate tiene que prevalecer necesariamente por encima de todo.
El verdadero practicante debe ser un soldado que combate incesantemente contra sus enemigos interiores.
Si en la lid el destino te derriba; si todo en tu camino es cuesta arriba, si tu sonrisa es ansia insatisfecha, si hay faena excesiva y vil cosecha, si a tu caudal se anteponen diques... Date una tregua ¡pero no claudiques!
Crear música es nuestra lucha y nuestra música perdurará para siempre, porque tendrá un contexto, tan cierto como segura es la muerte
La antipolítica es necesariamente experimental, ya que el movimiento del capital es un movimiento constante para imponer simetría, para institucionalizar e integrar las formas anticapitalistas de lucha
Hay mafia en el arbitraje. La competición está alterada y prostituida. Te roban y no puedes hacer nada. Villar es el jefe de la mafia, es un cáncer para el mundo del fútbol. Son todos unos golfos.
Cualquiera que fuese mi relación con un piloto, cuando le despedía antes de una competición le abrazaba y le besaba como si fuera la última vez. Sabía que marchaba a una carrera, pero nadie me aseguraba que iba a volver
Nuestra vida política debe ser un certamen de honor y de competencia.
La competencia por alcanzar riquezas, honores, mando o cualquier otro poder lleva al antagonismo, a la enemistad y a la guerra. Porque el modo como un competidor consigue sus deseos es matando, sometiendo, suplantando o rechazando a quien compite con él.
La política, bien entendida, se parece más al comercio que a la guerra. Tiene más de competencia que de confrontación. Necesita la concertación de voluntades. A mediano plazo, el juego limpio resulta más redituable que el golpeteo. La solidaridad vale más que la competitividad
El desafío que se impone parecer ser este: pasar de una sociedad de producción industrial en guerra con la naturaleza a una sociedad de promoción de toda la vida en sintonía con los ciclos de la naturaleza y con sentido de equidad.
Tener mi carrera y un bebé va a ser un desafío pero estoy dispuesta a probar y hacerlo todo