La regla ética impone separar el propio interés frente al interés general, y retirarse ante el acoso porque lo principal es el servicio público y el deber republicano
El libro es una criatura frágil. Sufre el paso del tiempo, el acoso de los roedores y las manos torpes, así que el bibliotecario protege los libros no sólo contra el género humano sino también contra la naturaleza, dedicando su vida a esta guerra contra las fuerzas del olvido.