Los complejos son contenidos psíquicos que están fuera del control de la mente consciente. Se han escindido de la conciencia y llevan una existencia separada en el inconsciente, estando en todo momento dispuestos para obstaculizar o para reforzar las intenciones conscientes
La ley es la fuerza común organizada para obstaculizar la injusticia; y para abreviar, la ley es la justicia.
No creo que nadie tenga derecho a inmiscuirse en tu vida, pero lo hacen. Quiero a las personas que separan la actriz de la mujer.
El anarquista niega el derecho de todo gobierno -sea autocrático o democrático- a inmiscuirse en su libertad individual
¿Qué es el dibujo? ¿Cómo se puede aprender? Es trabajar a través de un invisible muro de hierro que parece interponerse entre lo que uno siente y lo que uno puede hacer.
Hablar es el arte de sofocar e interrumpir el pensamiento.
En aquellos días aprendí dónde hay que interrumpir la discusión para que no se transforme en embuste y dónde ha de empezar la resistencia para salvaguardar la libertad.
Sólo podemos lograr una mejora considerable en nuestras vidas cuando dejamos de cortar las hojas de la actitud y la conducta y trabajamos sobre la raíz, sobre los paradigmas de los que fluyen la actitud y la conducta.
Para llegar al poder tendrás que cortar muchas cabezas; cuando caigas, muchos querrán cortar la tuya
La guerra como autodefensa es legítima, en consonancia con la ONU. ¡Yo fui de los que apoyaron intervenir en Kosovo!
Un hombre furioso y bestial se dejará llevar hasta el asesinato, porque se hallará saturado de vino o furioso, inspirado por la ira o el alcohol. Es malo. Ignora el placer de matar, la caridad de dar muerte como una caricia, de hacerla intervenir en juegos que son como los de las fieras distinguidas: los gatos, los tigres, abrazan a sus presas lamiéndolas al mismo tiempo que las magullan.
¿No es ello la causa de todas nuestras revoluciones? Porque entre el Estado, que prodiga promesas imposibles, y el público, quien ha concebido esperanzas irrealizables, se vienen a interponer dos clases de hombres: los ambiciosos y los utópicos.
Ninguna consideración personal se debe interponer en la realización de un deber público.