Como recuerdo en vez de la existencia, estábamos los dos o desdoblábamos los dos el gesto puro de caricia, también la nitidez del habla en un recodo marginal o cielo raso que caía como granizo.
A veces rechazar un honor no es humildad, sino explícita soberbia, afán de superar a los que antes los aceptaron. Pocas veces asoma con tanta nitidez a la superficie la violencia del subconsciente.